Volver

" Nunca se vuelve a ninguna parte" leí hace un tiempo en Crónicas del Ángel Gris, de Alejandro Dolina; de hecho y razonando un poco, uno se da cuenta que es la pura verdad....
Antes de ayer, mientras venía en el cole, descubrí que no. Que a veces, por un instante mínimo, se puede volver.
Estaba mirando concentrada por la ventanilla, recansada del día, con la cabeza aturdida.... las calles a medio secar, porque había llovido toda la mañana y ahora había un poco de sol...los pastitos verdes, parece que las plantas se dan cuenta que es cosa rara y por un rato, se vuelven mas verdes... y en una doblada, el sol me dio de lleno en la cara y me puse a mirar los cordones de las veredas, el asfalto...
Y volví.
Volví a cuando era chica y me sentaba con mis abuelos en la puerta de su casa, subida al pilar para que me colgaran los pies; mi abuelo al lado mío en un lugar mas bajo y mi abuela sentada enfrente, con una silla para poner la pava y el mate... ellos charlando y yo mirando la calle, de espalda, pensando qué lindo el sol en esos árboles tan grandes y altos...dudando entre bajarme para ir a andar en bici, o a cocinar, o a treparme al limonero a ver si aparece ese bicho famoso "con cuernitos rojos que no tenés que tocar"...o mejor arranco un par de limones...o le arranco hojitas a la planta y las cocino con agua a ver si se ponen verdes...o me pongo los patines...o agarro a los ponys... Y yo sé que estaba ahí. No vi a mis abuelos, pero sé que estaban al lado mío tomando mate. Y esos árboles gigantes...
Para cuando me di cuenta de eso, estaba otra vez en la calle común por donde pasa el cole todos los días, donde voy a bailar los fines de semana...con esos carteles comerciales, nada que ver con nada...
Pero volví. Y algún día me voy a ir otra vez. Espero que sea pronto. No quiero esperar 10 años más.