No se entiende...

lunes, 18 de febrero de 2008

La muerte es dolorosa en todas las etapas de la vida.

Bien lo sabemos: nacemos, vivimos, y luego morimos. Es la Ley de la Vida.
El tema es que cuando esta ley se aplica cuando somos jóvenes, habiendo vivido poco, o quizá mucho, es incomprensible y triste.

Hoy me entero que hace algunos días falleció un compañero de la facultad. No éramos amigos, sólo compañeros. Compartíamos pocas clases, nomás...
Yo sé que a veces soy una persona inaccesible, no por mala, sino por vergonzosa. Tengo cara de seria, y suelo dar la sensación de ser muy mala onda. Pero sólo lo hago porque soy miedosa...
Recuerdo casi todas las veces que me crucé con este chico, y cada vez que en mi mente lo veo, me está sonriendo, o saludándome con una risa, un comentario al paso, o una mano en las clases. Sólo lo puedo recordar alegre.
Pienso que si a mí me causa tanta pena saber que no me va a saludar más, y que sólo lo conocí como compañero; la angustia de aquellos que lo conocieron como amigo, como hermano, como hijo, como compañero de vida...

Entonces yo te digo, Andrés: gracias por todas tus sonrisas. De verdad.

Un beso, un abrazo, un gusto compartir con vos. Nos vemos.

1 pompones para esta capucha:

Anónimo dijo...

Que lamentable lo sucedido, yo pase por algo similar, un compañero de clases falleció cuando íbamos en 8º básico, no era mi amigo, pero la pérdida se sintió con mucho dolor, su recuerdo de haber vivido tan poco, perdura.


Saludos desde Chile